Amor aprisionado, te nombré en el sueño
las sábanas ardientes. ¡Qué ebriedad de besos!
iris resplandecientes, musa con ojos presos
y corazón cerrado, si a la fatiga ceño
en tu rubí airado, soplan vientos, me adueño
y que muera en tus dientes, después roer los huesos
hidalgos lloros sientes, los dedos salen lesos
victorioso y pisado, son perlas y no leño
pronto tendré que amarte. Luna llama a su amante
nada queda en la Tierra, vuela el beso en tu ausencia
esto es amor y no arte, la boca aullara el cante
con paciencia llamarte, tu pecho mi herencia
abrazarte en la guerra, con corazón flamante
con la mano peinarte, si el espejo silencia
Autor: Manuel Gimeno Cervera.
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