A ELLA

Acurrucado entre sus fauces, se 
estremece sus músculos están parados
crujen la mitad de sus huesos
no puede comprender este espejismo,
esta película de oscura brea.

Aún quebrada el alma los huesos
no duelen
¡Qué dolor!
Agresivo espejo del alma... no es negra la brea
de tus ojos,
¡es sangre!
Enamorada en las
cuencas tus ojos

Le pesan las pieles, la carne.
Se acoge a esta fatal quimera.
¿Cómo librarse del pesado yugo?
¿Cómo recuperar el sueño?
No puede dormir por las noches.
Ella le despierta, le quema.

¡Cierra las puertas!
Qué no entre quimera alguna,
que los sueños se viven hasta
con el yugo que le cuelga,
¿Sabes?
No hay roble que en otoño
no deshoje sus hojas, como
no hay invierno que no queme
el alma .

Quisiera olvidar sus raíces,
desparramarse cual cálida estela
y no volver jamás a recordarla,
hechicera asesina y traicionera.

Autores .. Marisa Lozano Fuego & Manuel Gimeno Cervera.

Derechos reservados