martes, 15 de noviembre de 2016

CORONA DE SONETOS

Odisea
Soneto 0
Zarpamos al capricho de los vientos,
mecidos por la mar embravecida,
oyendo en nuestras naves los lamentos
del cíclope cegado por su herida.

Recogieron las olas las canciones,
hechizadas con voces de sirenas,
que, con sus fascinantes tentaciones,
llenaron de veneno nuestras venas.

Y el silencio amparó nuestro latido
en el terso regazo de una diosa;
prisioneros de un mundo sin sentido
a merced de una estrella vanidosa.

Iniciamos la vuelta lentamente
con la paz arropada en nuestra mente.
Tere Bas

Soneto I
Zarpamos al capricho de los vientos,
llevados por la furia de la historia,
asidos a los pálpitos sedientos
de odiseas grandiosas y de gloria.

Se alternaban conquistas y derrotas,
cebándose la muerte en las batallas.
Surcábamos los mares hasta ignotas
regiones de selváticas murallas.

Ocurrieron sangrientos altercados
que fueron a la larga hermosas gestas.
Multitudes de intrépidos soldados
libraron la mayor de las apuestas.

Fuimos hombres con sangre ennoblecida,
mecidos por la mar embravecida.


Teresa Fernandez

Soneto II

Mecidos por la mar embravecida,
la furiosa impiedad de la tormenta
nos llevó hasta la faz desconocida
de una playa de náufragos hambrienta.

Acudieron bellísimas mujeres
y nos mostraron su esplendor desnudo;
después de seducirnos con placeres,
a algún incauto se comieron crudo.

Escupimos su denso bebedizo,
fermentado con ojos de tortuga,
para eludir el implacable hechizo
y perpetrar una ingeniosa fuga,

aunque siguen los negros pensamientos
oyendo en nuestra nave los lamentos.


Rosales

Soneto III
Oyendo en nuestra nave los lamentos
de aquellos con la sangre atrincherada,
me uno con valor a sus intentos
de vivir con el alma renovada.

Disponemos de rutas y un timón
y de un mar recargado de futuro,
nada va a detener nuestra pasión
por querer derribar al monstruo impuro.

Esperamos ahora en el batiente
el abrazo de brío y de destreza
que siempre lanza el mar sinceramente
a los hombres que saben con certeza

que la muerte le llega tras la huida
del cíclope cegado por su herida.
Joan Casafont Gaspar.
Soneto IV
"Del cíclope cegado por su herida"
con la sangre inyectando su mirada,
amarga como el néctar de la vida,
roja como la lava derramada.

Una sola mirada belicosa
bastó para cruzar las lunas llenas
con las blancas gaviotas fabulosas
en un mar maldecido por las penas.

Se vertieron los ojos inflamados
con lágrimas de rabia y de futuro.
Presiento el malestar de los callados
debajo del aroma del conjuro.

Y, al llegar el invierno a los pulmones,
"recogieron las olas las canciones".
Manolo Gimeno Cervera
Soneto V
Recogieron las olas las canciones
dibujando un perfecto pentagrama,
y en el mar una horda de legiones
luchaban con los mitos de esta trama.

Despertaban los dioses del ensueño
con ansias de llevar a los abismos
al grueso de la nave por empeño
a través de falsarios espejismos.

La flota prosperaba en la ofensiva
venciendo a los feroces huracanes
y al ver que estaba siendo productiva,
volvimos a soñar nuestros afanes.

Sentimos suspirar a las ballenas,
hechizadas con voces de sirenas.
Teresa Amado Nervo
Soneto VI
Hechizadas con voces de sirenas,
las ideas despiertan y se avivan;
por momentos perciben estar plenas
y con su ímpetu todo lo derriban.

Absortos en los héroes de ayer,
remando cada día van y vienen;
encuentran mientras singlan el placer
y logran la armonía que mantienen.

El puerto del atraque se marcó
y, en la carta, su nombre se destaca;
con una región libre se soñó,
y lo perpetrarán sin toma y daca.

Conseguirán forjar más ilusiones
que con sus fascinantes tentaciones.
Manuel Mejía Sanchez-Cambronero

Soneto VII
Que, con sus fascinantes tentaciones,
aquel lejano mar, enfurecido,
hechizó nuestro anhelo con visiones
de imágenes horribles, sin sentido.

Se oyeron unos cantos embrujados,
disueltos en las aguas azuladas,
y por ellos nos vimos arrastrados
hasta las playas solas y encalmadas.

La esperanza, de nuevo resurgida,
renacía al regreso a la nación.
Y la espada que al cinto fue ceñida
descansó de la guerra y la aflicción.

Los aullidos feroces de las hienas
llenaron de veneno nuestras venas.
Josep Duran Upson

Soneto VIII
Llenaron de veneno nuestras venas
alentando el furor por el combate.
Olvidamos rencillas y condenas
a favor de un histórico remate.

La muerte convirtió la espuma en coro
y la sangre manó sin esperanza;
la rabia transformó la afrenta en lloro
tras la nueva bahía en lontananza.

Se nos rompió el espíritu al instante
con flechas, al truncarse la aventura,
y se esfumó la luz del navegante
en la sal del fragor de su andadura.

Despedazó Atenea su vestido
y el silencio amparó nuestro latido.
Fabio Jair Avellaneda

Soneto IX
Y el silencio amparó nuestro latido,
llegando a los confines de este mundo,
donde vaga la sombra sin quejido
en el lecho de tierra más profundo.

Beben los muertos sangre derramada
y Tiresias acude a nuestra ofrenda;
será nuestra pregunta contestada,
profetizando el fin de la contienda:

“De sirenas oiréis los falsos cantos.
En la cueva respira el gran gigante.
De las aguas emergen los espantos.
Ni el oro que destelle ni el diamante.

Rey serás, y el rey siempre reposa
en el terso regazo de una diosa”.
Pepy Vallejo Cuevas

Soneto X
En el terso regazo de una diosa,
partimos por la mar a sus confines,
y fue nuestra mirada codiciosa
anclando entre corales y delfines.

La rosa de los vientos nos condujo
allende el Poseidón y su deseo;
cautivos de estupor y del embrujo,
rozamos el periplo de Odiseo.

Y fuimos in crescendo en la locura
al tiempo que mamamos su lenguaje,
añejo azul, miríada, bravura,
matices de odisea y hospedaje.

Vasto sueño quizás donde hemos sido
prisioneros de un mundo sin sentido.
Ricardo Díaz

Soneto XI
Prisioneros de un mundo sin sentido,
que muere entre grilletes y cerrojos
y sangra como un ciervo malherido
cubriendo amaneceres de despojos.

¡Rememos todos juntos, compañeros!,
frenemos la embestida dura y cruel
de aquellos poderosos caballeros
que tienen en sus manos el cincel

que labra nuestros sueños si dejamos
que venzan con sus cantos de sirena,
no hay duda, es imposible que rompamos
el yugo que a su fe nos encadena.

La voz no hay que dejarla silenciosa
a merced de una estrella vanidosa.
Verso Prisionero

Soneto XII
A merced de una estrella vanidosa,
cobijamos la fuerza en los tendones;
el arco vibró en rápida, gloriosa
sinfonía de rotos corazones.

Despejamos la incógnita, brïosos
vencedores rotundos del combate;
estallaron los pechos, orgullosos:
Eros fue nuestro tórrido acicate.

Los rivales, insulsos apagados
bajo el sol, nos regaron de carmines
y un adagio de besos azulados
nos rozó con ensalmo de violines.

Con el triunfo tatuado en nuestra frente,
iniciamos la vuelta lentamente.
Marisa Lozano Fuego

Soneto XIII
Iniciamos la vuelta lentamente.
¡Cuán lejana quedaba la marea
de esa costa apartada del Oriente!
Nuestros cuerpos, untados con la brea,

carenados en sangre e infortunio,
pero ajenos al miedo y al fracaso,
a la pálida luz del plenilunio,
arribaron por fin ante el ocaso.
.
Pero nada concluye sin tropiezos,
y una vasta caterva de malditos
devastaba el hogar con sus atrezos
de indolente atavío de apetitos.

Y con ellos la espada fue inclemente,
con la paz arropada en nuestra mente.
Marcos

Soneto XIV
Con la paz arropada en nuestra mente,
dejamos de pasar vicisitudes
y un eco melancólico y fulgente
nos alejó de aquellas latitudes.

Navegamos de nuevo por los mares
sorteando ciclones legendarios;
al regresar sin pausa a los hogares,
evitamos silentes adversarios.

Y llegamos a casa con urgencia
e intentando aliviar nuestras hazañas
allá donde reposa la impaciencia
y envejece el dolor de las campañas,

aunque a veces en sueños por momentos
zarpamos al capricho de los vientos.
Rosales

sábado, 6 de agosto de 2016

En tus brazos.
.
El amor nos unió por la mañana
y mi llanto abrazaste con ternura; 
corría la alborada en su hermosura
con su tupido velo de gitana,
.
y en tus brazos nació la luz del día
al beber del torrente de tus venas.
Entre mis labios trémulos tus penas;
te amaré más allá de mi agonía.
.
Siento en mi corazón desordenado
el eco de tu voz cuando me gimes
juntándose las gotas del deseo.
.
A tus manos inquietas le he llorado,
a tu risa siniestra que reprimes,
a tus ojos perversos de romeo.
.
Manolo Gimeno Cervera.
MALA MUJER... 

Sonreíste y me miraste 
como antes lo hacías, Alba, 
y de mi pecho un latido 
frío lloró la añoranza,
el corazón nunca olvida
las lágrimas derramadas.
No hay palabras en tu boca
que puedan curar mis llagas,
sembraste en mi corazón
el despecho que guardabas,
y el alma sigue de luto
corrompida, difamada,
llena de burlas y engaños.
Por debajo de tu falda
mientes tan bien que enamoras;
no he de caer en tus trampas
ni el rosado de tu carne.
Amé la sal de tus aguas,
sin saber de tu malicia
es un perro que no ladra.

Manolo Gimeno Cervera
Traidor.
,
Hay gente tan falsa que hasta me dan miedo, 
tienen doble cara como las monedas,
con sus apestosas palabras acedas
se dicen amigos, traicionero dedo.
.
Con el alma rota camina entre sedas
y en su mente teje con tela de araña
su traje de circo con ansias, con maña.
Sus brazos tatuados de verdes veredas
.
violenta su pulso y su voz de alimaña.
Tu traición me pesa mi estimado amigo
si a tus ojos miro y Dios será testigo
que te daré muerte con tu vil guadaña.
.
Manuel Gimeno Cervera.
Si yo fuera poeta.

Pintaría luceros en tu boca 
en esta noche fría de desvelo
para besar tu cuerpo sin tu velo

y sentir tu mirada que provoca

Y el corazón palpita desbocado;
me bebería a sorbos tu sonrisa,
amándote despacio muy sumisa
dibujando en tu piel enamorado.

Si yo fuera el poeta de tus ojos,
el fulgor que te alumbra en la mañana,
la mano que te escribe y te suplica.

Te pintaría, amor, los cielos rojos
el latir de tu pecho de pagana,
con gesto de dolor que no claudica.

Corazón de poeta por ti muere
abrazando tu sombra que me hiere.

Manolo Gimeno Cervera
Spirit on the water (Espíritu en el agua)
.
Aquella noche vencida 
con el palpito sangriento,
vi morir tu voz, tu aliento, 

y el sol silenció tu herida.
Besé tu boca dormida
con el tormento vencido
y con el llanto perdido; 


todo volverá a ser agua,
la piel volverá a su fragua
con el corazón rendido.

.
Manolo Gimeno Cervera
Abanico de mentiras.
Te prometo, mi amor, no más mentiras;
puedo inventar historias sin princesas
si carnales deseos me confiesas
sin más aval que el aire que respiras.
Mi alma y mi voz palpitan si suspiras
dejando mis caricias solas, presas;
violando al corazón cuando me besas
y con piedad al llanto lo traspiras.
Y en secreto te escribo mis antojos
que el corazón oculta entre las rocas,
pero quizá mañana nada importe.
Me duele la mirada de tus ojos
matando la ansiedad que me provocas
aunque en la fría noche me conforte.
Autor: Manolo Gimeno Cervera.
España
Derechos reservados
Te invito a viajar
Soy viejo vagabundo sin fronteras,
sucumbo a los pecados terrenales,
pintando de colores los portales,
viajando con las brisas mañaneras.
Que vuelen las palomas mensajeras.
Invita al dócil viento con sus males;
hagamos de estas nubes diluviales
un campo de amapolas lisonjeras.
Cabalga con tu risa en mi cintura,
crucemos el océano enojado,
la arena del desierto y sus heridas.
La luna agonizante se hará pura
besando el viento frío endemoniado,
cogiéndole las manos ya dormidas.
Autor Manuel Gimeno Cervera.
España
Derechos reservados

lunes, 11 de abril de 2016

ALMAS BLANCAS

Una pequeña cuenta de colores,
una pequeña piedra cristalina,
una mirada pícara en su rostro
un pedazo de cielo se divisa… (Amelia Jacobo)

No importa que truene, granice
o llegue el invierno;
me visto de sol,
de jazmín,
de suave cereza,
de nubes
de besos. ( Mar Garcia)

No hay un solo día en que el ´”te amo” 
no germine en nuestro corazón, 
amas a la vida y a ti te amamos.
Aunque en la arena no dejes huellas, 
son tus ojos la mirada que espera el horizonte. (Luna Clara)

Mirada de arlequín y bucanero
que lleva un corazón como tesoro.
No hay interrogante en tu tintero...
tan solo la certeza y el amor como decoro.( Jorge de Cordoba)

Hay un cerebro bendito
tras tu párpado de almendra
que el más puro amor engendra… (Luis Delamar)

En ti nació el amor,
en ti nació la dicha,
Mis manos son tus manos,
tu fuerza es mi fuerza,
mi vida es tu vida y no cabe la tristeza.
me llenas de caricias con tu luz interior. ( Jsoe Batazos)

Sus tiernos brazos abiertos
como jazmines o lirios,
su sonrisa inocente
como un dulce delirio ( Felita Mila Iborra)

cual Sol de medianoche;
mi Rosa de los vientos,
gloriosa flor de lis,
canícula de amor, 
abrazo y frenesí. (Ricardo Díaz)

Las alegrías y dolores pasados no me importan .
con tal de ver tu sonrisa para mí el mejor regalo.
Mi rosa bella de sentimientos puros
y mirada traviesa. (La Bolié Cortes)
.
Dulce como el azafrán son sus pasos de seda
y en su mirada alberga mil corazones.
Libre de malicia y pecado, heredera
del cielo, de mi amor y mi sonrisa...
niña de aire... mi niña. (Manolo Gimeno Cervera)

¡Si yo tuviera tu alma:
que a la mía le dé calma!…

Si algo de ello no tuvieras,
o estuviera lastimado…
Incluso así yo quisiera,
que tú me lo hubieses dado. (Francisco Martin)

Quizá me responderás,
quizá, si fueras consciente,
Pero yo no te pregunto,
porque no es a mí a quien duele,
yo tan solo te comento
que necesito tenerte. (Marcos Circenses)

Ingenuo corazón de tierna albura,
habitas en tu enorme fortaleza
para evitar la cóncava aspereza
del entorno que agrede tu armadura.(María Rosales Palencia)

Qué suerte le reserva
el Hado o el destino,
en un mundo de sombras
que cierran su camino. (Antonio Jiménez Rey)

Tus ojos tienen la luz de las flores blancas.
En tu sonrisa, los reglones torcidos de Dios
dejaron huella de su paso. 
Alguien pretendió etiquetarte como una tara
sin comprender, que solo eras alguien especial.
y solo tu madre. ¡Solo tu madre!
Supo registrar la belleza
en tus ojos verdes. (Mascab Asunción Caballero)

Nunca dejaré de amar
su aceitunada y pícara mirada,
sus regordetes y suaves dedos,
sus caricias, sus abrazos,
sus "te quiero"... 
y sus silencios. (Carlos Corredor Camara)

No he de desfallecer, seré su voz,
sus manos y sus pies y hasta su sombra
y si hay alguien que con maldad lo nombra,
seré su defensora más feroz.( Verso Prisionero)

Y ya sabes que siempre estaré ahí
igual que las estrellas en el cielo.
Y cuando a tu manera, que es la nuestra,
me dices un " te quiero" con dulzura,
me inunda la mayor felicidad. (Tere Bas)
.
¿Te quedarás jugando con tu universo hasta que regrese?
Ven entonces, hijo, ya no necesitas al sol, 
quédate adentro de la casa, 
tienes el mundo en tus manos –y mi corazón-.
Ven, quédate aquí, hasta que vuelva.(Caridad Jimenez)

Aunque no haya suelo límpido para que crezcan mis lirios,
porque me obstruye el agreste pasto
que me tapa con su solombra
y aunque ni siquiera divise el sol lucífero
sé que soy hermoso,
como lo es aquel clavel,
como lo es la luna. (Bruno Nash Arias)

Viajarás con plena autonomía:
pero los otros quizás no.
Pero un día te rebelarás con tus miserias:
Pero te juro : ¡QUE LOS OTROS NO!... (Josep Duran)

La vara del destino me tocó en una rifa
donde no compré papeleta,
la belleza de la vida me enseña
que el cielo en el mar se hace claro,
el horizonte nunca tiene fin y el Amor se fija
en los ojos del color de la Esperanza.( Trini Rios)

Y su voz es inmensa, y su cariño, y sus ojos,
todo el mar que respira,
mientras que yo pienso en palacios y princesas,
qué abrazo le falta
que no le haya ya dado.(Juan Risueño Lorente)

Inmensamente más, dan que reciben;
su torrente de amor sin intereses,
un corazón amante a todas horas
y unos brazos abiertos al abrazo
que quieren abarcar el Mundo entero
para arrancarle penas, secar lágrimas,(María Jesús Vivas)

porque en si se desviven por complacer en todo, 
esperando tan sólo que les quieran, 
que de mimos los colmen,
ellos hacen lo mismo,
son un volcán de amor que en su interior 
se agita por salir a compartirlo fuera. (Manuel Mejía)

Aunque estás en el mundo sin el mundo
en la sombra de ser, sin saber si eres,
perdido sin perderte no lo quieres,
el todo distraído y errabundo. (Mario Rodriguez)

No me niegues los abrazos
que soy pura caricias,
que soy besos
que soy suspiros
que soy anhelos… 
pues soy la brisa 
que a tu alma refresca.( Fabio Jair Avellaneda)

Te hablaré del amor
que salvó situaciones.
Te hablaré del milagro
que las dos conseguimos.
Y otra vez del amor, y del amor , y del amor
que salvó nuestras vidas.(Inmaculada Nogueras)

Te amo
y te amaré 
con desmesura,
contemplando en tu rostro la sonrisa
del que siente el milagro de la lluvia.(Teresa Fernandez)

Desgranar plenilunios,
y escribir los dos juntos nuevos versos
y anudar al poema el faro, el litoral,
toda la cordillera que va de costa a costa
de esta pequeña isla
dejada de la mano del mar y el pensamiento
y correr por la playa 
correr siempre contigo persiguiendo cometas. (Joan Casafont)

Persiguiendo cometas en pos de las estrellas…
Síndrome Poesía: ¡¡Ángeles en la tierra!!
Vuestro nombre es mi nombre…, unido al alma llega
como unidas están las letras del poema. (Carmen Aguirre)

11 de Abril 2016


Autores: Amelia Jacobo, Mar Garcia, Luna Clara Juttel, Jorge de Cordoba, Luis Delamar, Jsoe Batazos, Felita Mila Iborra, Ricardo Díaz, La Bolié Cortes, Manolo Gimeno Cervera, Francisco Martin, Marcos Circenses, María Rosales Palencia, Antonio Jiménez Rey, Mascab Asunción Caballero, Carlos Corredor Camara, Verso Prisionero, Tere Bas, Caridad Jimenez Parralejo, Bruno Nash Arias, Josep Duran Uson, Trini Rios J Marina, Juan Risueño Lorente, María Jesús Vivas Albo, Manuel Mejía Sánchez-cambronero, Mario Rodriguez, Fabio Jair Avellaneda, Inmaculada Nogueras Montiel, Teresa Fernandez, Joan Casafont Gaspar y Carmen Aguirre

Síndrome Poesía: ¡¡Ángeles en la tierra!!
Vuestro nombre es mi nombre…, unido al alma llega
como unidas están las letras del poema.

sábado, 2 de abril de 2016

EN LA CRUZ.
Marchitará la rosa en el baldado
de los verdosos prados del yaciente,
mas nunca fue la voz toda simiente
sobre los fallecidos sin pecado.
Cuéntame si el caído fue enterrado
entre la marga y mármol fluorescente.
Y se presenta bravo combatiente
con tres maderos tristes, condenado.
Tus ofensas moldean cada piedra,
en la Cruz, donde el Evangelio medra,
el valle donde claman los vencidos.
Las heridas moldean cada losa,
"Esclavo por la patria” que raposa,
en la cruz donde el buitre tiene nidos.
Manolin.
LUNA PROTECTORA
Como la lava ardiente es tu saliva
que me abrasa y me quema en las mañanas
desde el filo del vientre, hasta mis canas;
muere mi palpitar, te siento viva.

Que se apaguen las luces de la aurora,
que las voces se tornen en gemidos,
que las palomas vuelvan a sus nidos,
siente como mi piel al alba implora.

Enloquece mis ansias, dame vida,
dame el fuego que calme mi fontana
que me nubla la vista tu piel llana
si la noche se vuelve consentida,

y que ladre la Luna protectora,
como perros que ladran aburridos
a la primera luz y sus quejidos
ahuyentando el miedo que demora.

Autor: Manuel Gimeno Cervera.
España
Derechos reservados.
PRINCESA
Siento tu corazón que sangra y truena
por aquellas efímeras caricias
por un amor vestido de injusticias,
palpitando maldices la azucena.
Si sus besos probaste en tu condena
con su boca lasciva de inmundicias
soñando con un mundo que codicias,
¡dime, qué culpa tengo de esta pena!
No me vengas llorando tu amargura,
no vengas a rezar entre mi llaga
si te ofrecí la sangre de mis manos.
La espina del adiós aún supura
y siento el corazón como una daga
que mata los impulsos más cristianos
.
Autor: Manuel Gimeno Cervera.
España.
Derechos reservados.

miércoles, 23 de marzo de 2016

CORONA DE SONETOS



LA MIL Y UNA NOCHE 

Soneto 0 

Una tierra olvidada.


Bajo un velo bordado por los vientos,
una tierra se muere de olvidada,
en sus noches de cúpula estrellada,
se escuchan los susurros de los cuentos.

Una leyenda teje los momentos
cuando aparecen genios de la nada
y se dice que sufre la alborada
sus amargos y gélidos lamentos.

Llora Aladín de rabia y amargura
por arrastrar el alma escarnecida
sobre el desierto triste de la pena.

Le atormenta la flor de la hermosura
de la joven que adora sin medida
en el ocaso inmenso de la arena.


Manolo Gimeno Cervera

Soneto 1

Bajo un velo bordado por los vientos
entre lunas dormidas por leyendas
intenta conseguir que te sorprendas
aislando de las noches tus tormentos.

Se entrega a tu dolor y entre sus cuentos
los días se convierten en ofrendas
y busca conseguir aunque no entiendas
dejar a tu dolor sin argumentos.

Su esencia besará tu madrugada
será su fantasía una "serena"
que trova en el matiz de una balada.
.
Y siente como surge la alborada
en el ocaso inmenso de la arena.
¡Una tierra se muere de olvidada...!


Mayu Redondo



Soneto 2


Una tierra se muere de olvidada
en el rojizo manto de la cumbre
donde el desierto tiene por costumbre
agotar la ilusión deshidratada.

Hiere el fuego en la cúspide soñada
tras el camino ardiente de la lumbre
porque el dolor se torna en pesadumbre
y el corazón añora al de su amada.

Muestra el tuareg su faz bajo la luna
en el confín estéril de la duna
cuando reposa el alma en su morada.

Ha perdido la luz de la alegría,
el amor lo entristece cada día
en sus noches de cúpula estrellada.


María Rosales Palencia

Soneto 3 

Cuenta una leyenda


En sus noches de cúpula estrellada,
sobrevuela el murmullo de unos besos
que dos amantes jóvenes, traviesos,
intercambian con luz de madrugada.

Y cuenta una leyenda que, frustrada
por el pálpito febril de los excesos,
una bruja ordenó que fueran presos
en la mazmorra verde amurallada.

Pero dicen, Sultán, que en el amor
no hay murallas, ni cárcel ni conventos
que impidan rendir culto a tal ardor,

y un misterio arrastrado por los vientos
recorre varias lunas en tu honor.
Se escuchan los susurros de los cuentos.


Teresa Fernandez


Soneto 4

SHEREZADE 


Se escuchan los susurros de los cuentos
entre el miedo que apunta al sinsentido,
y Sherezade pinta en colorido
las sombras de Shariar y sus lamentos.

De Mastika y de miel sus aposentos,
relatos de un país desconocido:
Príncipes, marineros y un bandido,
configuran los magos elementos.

Esperando en la noche fantasía,
el Sultán seducido en sentimientos
por poderes que poco conocía..


¡Ay amor! que en un grito calmas vientos,
y cuando el corazón en ti confía,
una leyenda teje los momentos.


Pepy Vallejo 

Soneto 5

Una leyenda teje los momentos
ofreciendo las huellas de una historia
que el desierto desvela en su memoria
tenebrosos de engaños y violentos.

Las madrugadas cruzan firmamentos
en su efímera pluma narratoria,
hasta mil y una noche de oratoria
en labios de mujer sin sentimientos.

Engaños, más engaños sin mesura,
oscura por la arena vaga un hada,
persigue la mentira y su tortura.

La verdad en su cuento va castrada,
por salvarse en la muerte se conjura
cuando aparecen genios de la nada.


Carlos Corredor Camara

Soneto 6

Cuando aparecen genios de la nada
la lámpara de magia se vacía
y toda la aventura de ese día
en las mil y una noches es contada

por Sherezade, lengua cultivada
en la oral tradición que procedía
de madres del desierto de Turquía
y al terrible Sultán tanto le agrada.

Noche de Alí Babá y sus ladrones
con el ¡ábrete Sesamo! en reclamo,
por oro son rufianes brabucones...

Concluye Sherezade liberada
de las garras carnales de su amo
y se dice que sufre la alborada.


Caridad Jimenez Parralejo


Soneto 7

Y se dice que sufre la alborada*
el fragor de timbales y jinetes
y en la mar silban salvas y cohetes
y una dulce derrota en la Alcazaba.

En la alcoba desierta recitaba
su tormento la hurí, y en un ribete
de lámparas y urdimbres a machete
el alto ventanal se iluminaba.

Relata bayadera tus casidas,
alondras y promesas, juramentos
de urracas y traiciones atrevidas.

La noche vuelve a alzarse en macilentos
estrados y patíbulos suicidas,
sus amargos y gélidos lamentos.


Enrique Sabaté.


Soneto 8

Sus amargos y gélidos lamentos
inundaban de pena aquella estancia
y volaban veloces la distancia
de la alcoba a los blancos firmamentos.

Un cuento le llenaba pensamientos
sobre genios salidos de su infancia
perfumando las frases de fragancia
por hacer más sublimes los momentos.

En su historia hay un loco enamorado
de una reina de espléndida hermosura
que vive en un palacio endemoniado.

La inventa demostrándole ternura
mas sabe que es un sueño inacabado
*llora Aladin de rabia y amargura.


Tere Bas


Soneto 9

Llora Aladín de rabia y amargura,
porque no hay gesta heroica sin saqueo
ni gobierno en poder del filisteo.
Llora porque la llaga le supura.

Y llora porque nadie le asegura
que es posible el azar en su deseo;
y llora con la sangre azul del reo
que tiene como fin la sepultura.

Pero tiene Aladín la certidumbre
de que rendirse mientras quede vida
es mudar la razón en servidumbre,

y debe, para así paliar su herida,
aferrarse a la trágica costumbre
por arrastrar el alma escarnecida.


Marcos Circenses.

Soneto 10

LA HIJA DEL SULTÁN


Por arrastrar el alma escarnecida
que lo lleva a un sufrir sin remisión…,
debe Aladín hallar una razón
que le regrese al punto de su huida.

Y toda la amargura se le olvida
y le vuelve a latir el corazón
al descubrir la inmensa perfección
de la hija del sultán , de gracia ungida.

Él nunca vio criatura más hermosa,
y al verla despertaron sus sentidos
su cuerpo de jazmín y de azucena,

sus mejillas de pétalos de rosa
y sus ojos luceros encendidos
sobre el desierto triste de la pena.


Carmen Aguirre 

Soneto 11

MIL Y UN CUENTO


Sobre el desierto triste de la pena
un tierno corazón pide a las "Musas"
un mar de inspiración, fueran conclusas
para escribir mil cuentos en la arena.

Debía proseguir esa cadena
sin menor dilación y sin excusas,
sus historias muy claras, no confusas
y con mucho interés, buena, muy buena.

Ella cierra los ojos y da paso
a un tropel de historietas que la llevan
a aumentar el caudal de su locura.

Los duendes, y las hadas y el Parnaso.
Mil y un cuento persigue, mas no llegan...
¡La atormenta la flor de la hermosura!


María Jesús Vivas Albo

Soneto 12

La flor de la hermosura


Le atormenta la flor de la hermosura.
¡Que el amor se marchita en la mirada
bebiendo de la copa coronada!
Cáliz acibarado que me cura

la angustia, la tristeza, mi cordura
en las noches de lluvia alborotada,
tan rota, duradera y lastimada;
¡maldita oscuridad en su tintura!

Entre ecos y leyendas fabulosas,
presa está Sherazade por su brío,
ya son mil y una noche de su vida.

¡Ay!, si volviera Omur sobre sus losas
a liberar del sueño el albedrío
de la joven que adora sin medida.


Manuel Gimeno Cervera 
.
Soneto 13

De la joven que adora sin medida
recuerda la amplitud de blancos cielos
y arrulla en sus leyendas los desvelos
en brisas de una ofrenda complacida.

Se cura entre su pecho aquella herida
nacida por la llaga de los celos 
vestida entre satén y terciopelos
y ahogada por la rosa que lo anida.

El venera la estrella rutilante
cuando dibuja el sol celestes trazos
del amor enigmático que estrena.

Lo acapara en su cerco deslumbrante
tras el cálido atril de los abrazos
en el ocaso inmenso de la arena.


Mayu Redondo


Soneto 14
En el ocaso inmenso de la arena,
las siluetas escapan del inerte
cobertor de la jaima de la muerte
para evitar la drástica condena.

Al califa la rabia lo envenena
cuando eluden los dos la negra suerte;
el amor verdadero es siempre fuerte
si derruye el pilar que lo encadena.


La penuria de ayer no ha sido en vano
porque templan a besos sus alientos
mientras huyen cogidos de la mano.

Han vencido los planes virulentos
del designio soberbio del tirano
bajo un velo bordado por los vientos.


María Rosales Palencia.