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Oh, carne mía,
ayer sombría eras
bajo los párpados
de la lozanía,
hoy eres astilla.
Oh, carne mía,
fecunda has sido
en la alborada de tu musa,
donde nacen los enigmas
de la voz postrado.
Oh, carne mía,
siento el abismo de mi alma,
y el cansancio del mañana,
Oh, musa mía,
con la pluma me consumo,
con mi piel me entierro,
Alejo mi tinta de tu hermosura,
por ser longevo,
porque estamos muy cerca,
por el temor a quererte
más que a mi tinta.
Autor: Manuel Gimeno Cervera.
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