¡Qué no entre la soledad,
qué no salga el corazón!
.
¡Ay palpitar!
¡La pena en pecho!
.
El eco de los muertos
rompen el misterio
del lirio maduro,
y el azul de sus pétalos
besan la carne expuesta.
.
¡Ay corazón mío!
¡Adultero eres!
.
Sacia la ambrosía
que la carne reclama,
a esa hora secreta
que desgarra el día
.
¡Oh lirio!
Más fuerte eres
en mi pensamiento,
que la lozana rosa,
aunque el eco
de los muertos
me digan lo contrarío.
.
Autor. Manuel Gimeno Cervera.
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