domingo, 29 de noviembre de 2015

¡Ay, Luna!
Que se callen las armas de la tierra,
las bombas, los fusiles, los cuchillos...,
la luna se disuelve en rojos brillos,
llorando por su amada que está en guerra.
Maldito el que la paz mata y destierra
deteniendo el ocaso entre gatillos
si al alba ves morir entre bordillos
con el frío estallido que me aterra.
¡Ay, Luna!, tú que vistes negro velo
de ver sufrir tus hijos desolados
de injusticia y maldad ¡Tu dios permite!
Y con mi pluma escribo con anhelo,
únete a mis abrazos debastados
por la paz de tus hijos donde habite.
Autor: Manuel Gimeno Cervera.
España.
Derechos reservados.

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