Nuestros fríos cuerpos
Con tus ojos alumbras el crepúsculo
y el día queda preso en tu memoria;
cuando mi voz te llama con su brío
rogándole a la noche el beso dócil.
Que en tu mente penetren mis palabras,
con tristeza jamás yo te busqué
si el amor a mi cuerpo lo maldice
en la fuente del agua que me purga.
Quiero ser el mejor de tus sirvientes;
tómame con la fuerza de un volcán
déjame que me queme muy despacio,
entre la oscuridad de mi obsesión,
entre la piel de nuestros fríos cuerpos,
calmando mis deseos más carnales.
mamuel gimeno cervera.
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