sábado, 23 de enero de 2016

EL DESEO MÁS DORMIDO.

Recuerdo tu cordura y tu gemido, 
profundas son las ganas de tomarte
quisiera con mis brazos abrumarte
lamiendo los desechos de tu nido.

Posees el aliento consentido
que nutre mis caricias al besarte.
Tenerte en mis sueños y desgastarte, 
tu boca mi deseo más dormido

Que fluyan de tu boca los lamentos 
con este yugo gélido en tus piernas,
las voces dulcemente enajenadas,

que nuestro fuego abrase los cimientos
de nuestra piel sangrante que gobiernas,
hambrienta de calientes despertadas.

Suave, negras, saladas, 
tus aguas se derraman sobre mí
tu mar embravecido, yo lo oí.


Manuel Gimeno Cervera.

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