Manolo
Eterno enamorado de la vida
que le hizo a "trece rosas" su soneto;
Él es como un hermano a quien respeto,
fue el mentor de mi tinta distraída.
Era el café, temprano en la mañana,
que se enfrió por dimes y diretes
hasta quedar la borra en los tapetes
que confiscó la guardia de la aduana.
Confidente de tantas amarguras,
la palabra oportuna y la amistad
(que quizás la cansó mi soledad)
y por eso escaló otras alturas.
Solo puedo decirte, don Manolo,
que extraño tu café. Me siento solo.
Jsoe Batazos
Otro buen soneto, para tu persona, mi Manolo
ResponderEliminarel que te ha dedicado nuestro compañero Jsoe.
Besos a ambos.