MALA MUJER...
Sonreíste y me miraste
como antes lo hacías, Alba,
y de mi pecho un latido
frío lloró la añoranza,
el corazón nunca olvida
las lágrimas derramadas.
No hay palabras en tu boca
que puedan curar mis llagas,
sembraste en mi corazón
el despecho que guardabas,
y el alma sigue de luto
corrompida, difamada,
llena de burlas y engaños.
Por debajo de tu falda
mientes tan bien que enamoras;
no he de caer en tus trampas
ni el rosado de tu carne.
Amé la sal de tus aguas,
sin saber de tu malicia
es un perro que no ladra.
Manolo Gimeno Cervera
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