sábado, 2 de abril de 2016

PRINCESA
Siento tu corazón que sangra y truena
por aquellas efímeras caricias
por un amor vestido de injusticias,
palpitando maldices la azucena.
Si sus besos probaste en tu condena
con su boca lasciva de inmundicias
soñando con un mundo que codicias,
¡dime, qué culpa tengo de esta pena!
No me vengas llorando tu amargura,
no vengas a rezar entre mi llaga
si te ofrecí la sangre de mis manos.
La espina del adiós aún supura
y siento el corazón como una daga
que mata los impulsos más cristianos
.
Autor: Manuel Gimeno Cervera.
España.
Derechos reservados.

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