A tu cuidado dejo mi cuerpo.
A tu libre albedrío
dejo mis pensamientos más ocultos.
¡No he de poder cerrar mis ojos
a la justicia de tu cuerpo!
Seré ceniza
en las brasas de tus manos
o polvo en el camino
que tu sombra respira.
Mas, mañana en la sepultura
tan solo polvo seré.
Autor: Mamuel Gimeno Cervera.
España
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