El ultimo vaquero.
Moriré con las manos negrecidas,
¿son mis venas las más rojas, sangrientas?
¡dime!, ¿parezco un sádico demente
cuando cuelgo el sombrero y mis miserias?
Soy cruel con el gatillo, todo es negro,
si primero disparo de impaciencia.
En torno a una fogata por la noche
contaré la leyenda carroñera
de vaqueros montados a caballo,
del Siux, la del comanche más su gesta.
No eran pocas las voces que callaron,
las muescas no son buenas consejeras.
Se descuelgan las cartas por mis dedos
y al As de corazones balancean,
a la Reina de trébol la desahucian
miradas en la mesa cómo piedras.
Se palpa una reyerta con pistolas,
un extraño hace trampas y corteja
al blanquinoso acero de la muerte,
ya no queda mirada que convenga.
Manuel Gimeno Cervera.
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